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2 abr 2010

El cliente no siempre tiene razón



El cliente no siempre tiene razón? (artículo diario La Nación)El lado oculto del consumo


El cliente no siempre tiene la razón

En algunas ocasiones las empresas no pueden mejorar sus productos por resistencia de los consumidores

Noticias de Economía: anterior | siguiente
Domingo 31 de enero de 2010 | Publicado en edición impresa 
Alfredo Sainz 
LA NACION 
Una de las premisas del marketing es que el cliente siempre tiene la razón. Sin embargo, existen algunos casos muy puntuales en que a las empresas les cuesta introducir mejoras en sus productos por las resistencias de sus consumidores.
Los envases para el aceite de oliva
La manera más eficiente de conservar la calidad de un aceite de oliva es mantenerlo en la oscuridad porque el contacto con la luz hace que el producto envejezca en forma prematura y vaya perdiendo algunas de sus propiedades. Por esta razón, el mejor envase para asegurar la calidad son las latas o las botellas de color oscuro. Sin embargo, muchas marcas de aceite extra virgen (el de mejor calidad) se comercializan en envases transparentes. ¿La razón? La gente quiere ver el color del producto que está llevando y, por lo tanto, las botellas transparentes terminan teniendo más salida que las oscuras. "A diferencia de lo que sucede con el vino, el color no es un atributo decisivo en la calidad de un aceite de oliva, pero al cliente argentino le gusta ver lo que está comprando y por eso nos cuesta instalar el consumo de botellas oscuras", explican en Oliovita, una de las marcas líderes del rubro.
Defectos en el aroma
Otra percepción equivocada del consumidor argentino con respecto al aceite de oliva es que un producto para ser bueno tiene que tener un aroma muy marcado a aceitunas. Sin embargo, las empresas del rubro sostienen que el olor penetrante a aceituna en la mayoría de los casos revela el uso de lo que en la industria conocen como un aceite "zapatero", elaborado a partir de los desechos del extra virgen y mezclado con bencinas industriales y otros aceites menos nobles. "Todo lo que no huela a frutas o vegetales es un defecto en el aceite de oliva", sostienen en el rubro.
El corcho natural y los vinos
El corcho natural no siempre es la mejor opción para un vino. Cuando se trata de productos económicos (por ejemplo, los de menos de $ 15) o que no son de guarda, la tapa a rosca y los corchos sintéticos ofrecen algunas ventajas innegables, como su completa hermeticidad o que son inmunes a los problemas como hongos y parásitos que pueden aparecer en los corchos naturales. A la hora de salir al exterior son cada vez más las bodegas que utilizan la tapa a rosca porque saben que es la opción preferida por los clientes ingleses o canadienses, pero puertas adentro se siguen inclinando por el corcho natural, que es el más buscado por los clientes argentinos, aun en los vinos más económicos. "Definitivamente la tapa a rosca es la mejor opción de cierre para vinos cuyo consumo se recomienda dentro del mismo año de cosecha, o a lo sumo dentro de los dos años posteriores a haber sido cosechados. A diferencia de lo que ocurre con los vinos de alta gama, con alto potencial de guarda y donde es necesario que exista una microoxigenación permitida por el corcho de alcornoque para que haya una evolución, en los vinos para consumo rápido lo que se busca es todo lo contrario: nada de oxígeno en contacto con el producto", explican en la bodega Familia Zuccardi, que hace cinco años fue la pionera en incursionar en este tipo de tapas en el mercado local.
Cuestión de imagen
Otro caso en el que los clientes no siempre tienen la razón es el de las frutas y verduras. Muchas veces los consumidores se dejan llevar por la imagen del producto y terminan priorizando la presentación por sobre la calidad, y acaban comiendo tomates hermosos por fuera, pero sin gusto. En el Mercado Central explican que se trata de una tendencia de consumo a nivel mundial y no dudan en acusar a las grandes cadenas de supermercados de haber impuesto la variable "presentación" por sobre el sabor del producto. "Los productores de frutas y verduras admiten que los supermercados les exigen productos todos iguales y muy lindos estéticamente, con el argumento de que se compra por los ojos y, por lo tanto, no importa que no tengan gusto a nada", explica Graciela Vega, socia de Gra Productos Naturales, una firma del Mercado Central que se especializa en la comercialización de frutas y verduras premium.



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En algunas ocasiones las empresas no pueden mejorar sus productos por resistencia de los consumidores
lanacion.com | Economía | Domingo 31 de enero de 2010

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